Quédate conmigo, y comenzaré a brillar como brillas Tú: para brillar y ser luz para otros. La luz, Jesús, vendrá toda de Ti. Nada de ella será mío. Ningún mérito será mío. Serás Tú quien brille a través mío sobre otros. Déjame alabarte así, del modo que Tú amas más: brillando en todos los que me rodean. Dadles luz a ellos tanto como a mí, ilumínalos conmigo, a través mío. Enséñame a mostrar de aquí en adelante Tu alabanza, Tu verdad, Tu voluntad. Hazme predicar de Ti sin predicar, no con palabras, sino con mi ejemplo, por la fuerza cautivante y la influencia amable de lo que hago, por mi visible parecido a Tus santos, y la evidente plenitud del amor que mi corazón tiene por Ti. (Meditaciones y Devociones, III, 7.3)
UN CAMINO CORTO A LA PERFECCIÓN
Es el decir de santos varones, que si queremos ser perfectos, no tenemos otra cosa que hacer sino realizar bien las obligaciones ordinarias del día. Un camino corto a la perfección. Corto, no por ser fácil, sino por ser pertinente y comprensible. No hay caminos cortos...