Jesús le dijo: ¿Me amas más que estos?(Jn 21,15)
1. Tu nos pides que te amemos, Dios mío, y Tú mismo eres Amor. Ha habido un atributo Tuyo que has ejercido desde toda la eternidad, y es el Amor. No escuchamos hablar del ejercicio de Tu poder mientras estabas solo, ni del de Tu justicia antes de que hubiese criaturas puestas a prueba, ni el de Tu sabiduría antes de las obras de Tu misericordia. Pero desde toda la eternidad Tú has amado, pues no eres solo Uno sino Tres. El Padre amó a Su único Hijo desde toda la eternidad, y el Hijo le retribuye un amor igual. Y el Espíritu Santo es ese amor en sustancia, con lo cual el Padre y el Hijo se aman mutuamente. Señor, este es Tu inefable y especial beatitud. Es el amor. ¡Te adoro, mi infinito Amor!
2. Y cuando Tú nos has creado, no hiciste sino amar más, si eso fuera posible. No solamente amaste Tu propio Ser en la múltiple Personalidad de la Divinidad, sino que amaste también Tus criaturas. Fuiste amor para nosotros, como Amor eras Tú mismo. Fuiste amor para el hombre, más que para otras criaturas. Fue amor lo que te trajo desde el cielo, y te sometió a las leyes de la naturaleza creada. Fue amor lo único capaz de conquistarte, a Ti el Altísimo, y abajarte. Moriste por Tu infinito amor a los pecadores. Y es amor lo que te retiene aquí todavía, aún ahora que has ascendido a lo alto, en un pequeño tabernáculo, bajo las especies externas, comunes y humildes. O Amor meus, si no fueras infinito Amor, ¿permanecerías aquí, una hora, encerrado y expuesto al desaire, a la indignidad, y al insulto? Dios mío, no se lo que significa la infinitud, pero veo solo una cosa: que Tú está amando con una profundidad y una altura fuera de mi alcance.
3. Y ahora Tú me pides que Te ame porque me has amado. Pretendes que te ame especialmente, por encima de otros, y dices, “¿Me amas más que éstos?”. Dios mío, ¡qué avergonzado me pone necesariamente semejante pregunta! ya que, después de todo, ¿Te amo realmente más que el común de los hombres? El común de los hombres no te ama del todo realmente, sino que te pone fuera de sus pensamientos. Sienten desagrado al pensar en Ti, no tienen ningún corazón para Tï, y con todo, necesitas pedirme que Te ame aunque sea un poco. ¿Por qué no te amo más, cómo puedo hacer para amarte más, yo, a quien has traído tan cerca de ti, a quien has escogido del mundo tan maravillosamente para que sea Tu especial servidor e hijo? ¿No tengo motivos para amarte muchísimo más que otros, aunque todos deban amarte? No se lo que Tú has hecho por otros personalmente, aunque has muerto por todos, pero sí se que lo que Tú has hecho especialmente por mí. Has hecho por mí, amor mío, eso que me hace amarte con todas mis fuerzas.