Señor, haz de mí lo que Tú quieras. No pretendo regatear, ni impongo condición, ni intento ver adónde me llevas. Seré nada más lo que Tú quieras. Y no digo que te seguiré por todas partes, porque soy débil, pero me entrego a Ti para que me lleves adonde quieras. (Sermones Católicos, IV)
UN CAMINO CORTO A LA PERFECCIÓN
Es el decir de santos varones, que si queremos ser perfectos, no tenemos otra cosa que hacer sino realizar bien las obligaciones ordinarias del día. Un camino corto a la perfección. Corto, no por ser fácil, sino por ser pertinente y comprensible. No hay caminos cortos...